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5 septiembre, 2006 a las 10:19 pm #345828
josem
ParticipanteEstán orgullosos de serlo y, como el ministro Jordi Sevilla, consideran que trabajan mucho y cobran muy poco. La imagen estereotipada del empleado público —de cada 19 ciudadanos españoles, uno lo es— que hace lo justo y a disgusto, no hace justicia con la realidad actual. Éstas son las ventajas y desventajas de estar en la Administración.
¿Sigue siendo la nuestra esa Administración perezosa y desmotivada que describía Larra en el XIX? Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, lo tiene claro: “En la Administración española se está acostumbrado a trabajar mucho desde hace mucho tiempo, en contra del estereotipo que sigue existiendo. Hay muchos ciudadanos que siguen viendo en la Administración el ‘vuelva usted mañana’ de Larra y la función pública del siglo XIX, que sigue presente en una parte de nuestro sector público; pero también es Administración hacer la declaración de Renta por Internet, o que te jubiles y a los tres días puedas tener la pensión en tu cuenta bancaria. Los funcionarios tienen un nivel de trabajo alto y estamos muy mal pagados”.
En nuestro país hay 2,3 millones de trabajadores públicos (entre funcionarios y distintos tipos de personal laboral), como ilustra el esquema de esta página. Aunque el dato pueda parecer escalofriante (de cada 19 españoles, uno es funcionario), nuestro sector público (14%) es relativamente pequeño si lo comparamos con el de otros países de nuestro entorno como Francia, donde hay un 23% de trabajadores públicos.
Sólo en sueldos, los funcionarios españoles se llevarán en 2005 un 9% del total de los presupuestos generales del Estado: 25.351 millones de euros. Es decir, que el resto de españoles que trabajamos habremos de contribuir individualmente con 1.600 euros de nuestra nómina para pagarles. Pero, ¿cómo son estos servidores públicos? Todos conocemos a policías como Pilar, bomberos como José Luis o telefonistas como Vicenta. Pero pocos nos imaginábamos que, alguien como Ana, cantante de coro, fuese funcionaria del Estado; o que el sueldo de un cocinero que no ha guisado para nosotros, Pablo, salga de nuestro bolsillo.
Según las últimas encuestas, este colectivo está formado en un 42% por hombres o mujeres (hay paridad) de entre 40 y 49 años. Ese funcionario medio estaría adscrito, preferentemente también, a los cuerpos C (administrativos) y D (auxiliar administrativo). Pero, aunque haya paridad, según datos del Ministerio de Administraciones Públicas, las mujeres suelen ocupar los grados más bajos de la Admistración, y suelen ser funcionarias, mientras que hay más hombres dentro del personal laboral y de los grupos que más dinero ganan (realmente, la diferencia entre funcionario y personal laboral está en las leyes por las que se rigen, pues vienen a tener los mismos derechos y obligaciones).
El chollo. Todos, en algún momento de nuestra vida, ponemos verdes a los funcionarios pero, según un estudio de la Encuesta Europea de Valores, a más del 70% de los europeos con hijos menores de 20 años les tranquilizaría que éstos consiguieran una plaza en la administración de su país. La función pública asegura unos derechos y unos privilegios que cada día se pierden más en las empresas privadas. Para muestra, un botón: en la Administración aún se respetan escrupulosamente los trienios en las nóminas del personal, algo que se va perdiendo, día a día, en las empresas privadas. Además, los funcionarios pueden optar a una Seguridad Social especial, MUFACE, con la que se garantizan una atención médica exclusiva y sólo pagan el 30% del precio de los medicamentos (eso sí, durante toda su vida). Los funcionarios que tienen a su cargo un familiar enfermo o mayor, pueden pedir la excedencia durante un año sin el menor problema. Y cinco años antes de la edad de jubilación tienen derecho a reducir su jornada laboral. Todo ello, sin dar explicaciones, sin aguantar malas caras de jefes y sin que “la empresa” les ponga pegas: es su derecho y, a la hora de hacerlos valer, los trabajadores públicos no se andan con tonterías. Claro que, en algunos cargos, cobran hasta un 50% menos de lo que se gana en la empresa privada.
También tienen problemas. “En la Administración española, el problema más acuciante es la temporalidad, que alcanza al 23% del personal. En sectores tan básicos como la Sanidad y la Justicia se llega al 25% y al 40% respectivamente”, explica Julio Lacuerda, secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT. La solución pasaría por convocar más oposiciones para cubrir los puestos que demanda cada sector y dejar de contratar a tanto personal eventual. “Yo fui de las últimas que aprobé la oposición a cantante de coro”, explica Ana Santamarina, “desde el 90 no han vuelto a convocarse plazas fijas, y las necesidades de personal del teatro se cubren con contratos de un año”.
En los últimos años, las transferencias de funciones del Estado a las Comunidades han obligado a que muchos funcionarios que dependían de la Administración Central hayan pasado a hacerlo de las Comunidades Autónomas, un trasvase que aún no está consensuado ni normalizado. “No todo el empleado público que desea cambiar de Administración lo puede hacer, la mayor parte de los funcionarios que han pasado de la Administración Central a las Autonomías lo han hecho acompañando al traspaso de competencias, no de forma voluntaria”, explica Lacuerda. La autonomía con más funcionarios es Andalucía (234.722), seguida de Madrid (146.532) y Cataluña (133.450). Lo realmente injusto de estos cambios es que los trabajadores públicos, haciendo las mismas funciones, no cobran lo mismo en una Comunidad que en otra. “Un maestro en Andalucía tiene un sueldo base de 997 euros, mientras que en Navarra su sueldo base es de 1.445”, explican en la Central Sindical Independiente de Funcionarios.
“La tendencia que queremos marcar en la Administración es menos número de funcionarios, más cualificados y mejor pagados”, explica el ministro Jordi Sevilla, de ahí la propuesta de prejubilar a 25.000 funcionarios que se soltó como globo sonda este verano y que promete un otoño caliente de negociaciones con los sindicatos. “El objetivo del Gobierno”, continúa el ministro, “es conseguir la Administración General del Estado que necesitamos y eso exige, posiblemente, algo menos de funcionarios de los que tenemos ahora, distribuidos en el territorio de una manera distinta y, desde luego, mejor pagados. Dentro de nuestra propuesta para transformar la Administración, uno de los instrumentos son las jubilaciones anticipadas. Esto lo estamos negociando con los sindicatos, nunca se va a poder hacer de una manera generalizada y masiva, sino de una forma selectiva, concreta y vinculada a procesos de reforma. Pero globalmente, yo diría que las jubilaciones anticipadas deberían estar dirigidas más a los niveles C y D”.
Un tema que, sin duda, promete debate: “La FSP-UGT acoge dicho anuncio con mucha cautela, pues desconocemos el detalle de algo que no pasa de ser una mera declaración de intenciones por parte del Gobierno. Preguntas como ¿a quién afectaría?, ¿con qué garantías para el servicio público y para el trabajador se llevaría a cabo?, ¿sería una medida voluntaria o forzosa?, ¿cómo repercutiría dicha medida en las arcas de la Seguridad Social?, y otras muchas, nos impiden pronunciarnos de manera contundente”, anuncia Lacuerda.
Todo, en pos del funcionario ideal. Un perfil que el jefe tiene muy claro: “Yo creo que hay que esforzarse por tener una mayor preparación. Ahora, la Administración General del Estado necesitaría más cerebro y menos músculo. Necesitamos más gente que pueda negociar en Bruselas y con las Comunidades Autónomas y hace falta menos infantería porque no tenemos que gestionar tantos servicios públicos. Sobran funcionarios de los niveles D y E. Si pudiera elegir, yo trasladaría más funcionarios a los niveles A y B y reduciría los otros”, afirma el ministro. No estaría mal aprovechar la medida para jubilar antes a colectivos que, como los bomberos y las enfermeras, llevan años pidiéndolo.
El cielo y el infierno
“Me puse más contento cuando aprobé la oposición que cuando me hicieron ministro”
Jordi Sevilla, ministro
Edad: 59 años.Cargo y nivel administrativo: ministro de Administraciones Públicas. Pertenece al Cuerpo Superior de Inspectores de Finanzas del Estado, nivel A.
Sueldo: “4.410,72 euros netos al mes, pero déjeme que lo confirme, no vaya a ser que me equivoque y mi mujer me pida cuentas… Sí, eso es”.
Horas que trabaja: “Suelo llegar al Ministerio a las 9.30, después de desayunar con mis hijos y dejarlos en el colegio; y salgo hacia las 20.00 horas. Mi jefe no me compensa las horas extras; pero si puedo, alguna tarde me escapo con mis hijos al cine”.
Funciones: “Empiezo el día con la lectura de la prensa. Como soy diputado, tengo que ir al Parlamento a votar, y a la sesión de control del Senado y del Congreso. Comparezco en las comisiones parlamentarias y, para ello, he de prepararlas y estudiarlas. También me reúno con consejeros de Comunidades Autónomas, con otros ministros, con sindicatos, y con algunos ciudadanos que lo solicitan. Con frecuencia tengo que asistir a algún viaje. Mi trabajo consiste en gestionar la solución de problemas”.
¿Economista o funcionario vocacional?: “Funcionario. Cuando estudiaba Economía, con 17 años, ya quería serlo. La función pública te permite libertad personal y profesional. Y no aceptar determinadas cosas por miedo a irte a la calle”.
¿Se alegró más cuando aprobó la oposición o cuando le hicieron ministro? “Sin lugar a dudas, cuando aprobé. Las oposiciones fueron lo que de verdad cambió mi vida en lo profesional. Yo soy un ejemplo típico de cómo hacer oposiciones permite un cambio social muy importante. Vengo de una familia valenciana muy humilde y soy lo que soy y estoy donde estoy gracias a que hice oposiciones”.
Defienda a su gente: “En la Administración se está acostumbrado a trabajar mucho desde hace mucho tiempo, en contra del estereotipo que sigue existiendo. Yo creo que los funcionarios tenemos un nivel de trabajo alto, y creo que estamos muy mal pagados”.
¿Qué debe copiar la Administración de la empresa privada? “A retribuir mejor a su gente y a no tener miedo a retribuir más a quien más y mejor trabaja. Pero también creo que la empresa privada debería aprender de la Administración”.
“Mi sector es muy duro en la empresa privada”
Ana Santamarina, cantante de coro
Edad: 56 años, 11 en la Administración.
Cargo y nivel administrativo: Nivel A. Tiene la carrera de Piano y la de Canto.
Sueldo: “Un sueldo medio de un cantante que empieza es de unos 1.200 euros al mes netos”.
Horas de trabajo: “37,5 semanales, incluidos domingos, que ya están contemplados en nuestro estatuto. Los festivos que hay función nos los compensan con días libres”.
¿Qué se siente al aprobar la oposición? “Una gran tranquilidad. La voz del cantante se ve muy afectada por todos los altibajos emocionales; y estar buscándose las habichuelas, obra tras obra, puede llegar a destemplarla”.
Lo peor de trabajar para la Administración: “Hasta esta última temporada en el Teatro de la Zarzuela no había un lugar digno donde ensayar. Eso ya se ha solucionado. Ahora nos gustaría representar más óperas, porque desde que abrieron el Real nos han ‘castigado’ a la exclusividad de la zarzuela. Y no estaría mal que nos proporcionaran clases para perfeccionar nuestro canto”.
“Cuando digo a un ciudadano que yo le voy a llamar, alucina”
Pilar Torrejón, policía local
Edad: 44 años. Funcionaria desde hace 23 años.
Cargo y nivel: Funcionarios de carrera. Nivel D, cabo, de la Administración Local (Ayuntamiento de Madrid). Es coordinadora de las oficinas de atención al ciudadano.
Sueldo: “Estando en la academia se cobran unos 1.000 euros, cuando salimos, unos 1.600”.
Horas de trabajo: “Normalmente, ocho. Las horas que hacemos de más nos dan a elegir entre tiempo libre o cobrarlas”.
¿Policía o funcionaria vocacional? “Yo quería hacer oposiciones. Pero mi padre y mis hermanos son policías locales, así que sabía dónde me metía”.
Lo peor de ser funcionario: “Que fluctúas según la sociedad. Cuando el país va mal, se congela el sueldo a los funcionarios. Respecto a mi sector, lo único malo es que siempre falta gente”.
Interacción con el ciudadano: “Cuando le digo a la gente que me deje su número de teléfono porque les voy a llamar, alucinan, no se lo creen”.
“Habría que sancionar al funcionario que no cumple”
Vicenta Romero, telefonista invidente
Edad: 46. Lleva 25 años de funcionaria.
Cargo y nivel: Operadora de telefonía, nivel D. Vicenta forma parte de un colectivo de telefonistas invidentes (la Administración tiene la obligación de reservar el 5% de sus puestos para disminuidos físicos o psíquicos).
Sueldo: unos 700 euros. “No tenemos complementos ni pluses”.
Horas que trabaja: “De 8.00 a 14.30. Nunca hacemos horas extras porque hay otro turno de tarde”.
Funciones: Atiende la centralita del Ministerio de Administraciones Públicas. Ha memorizado todas las extensiones de todos los trabajadores del Ministerio.
¿Qué se siente cuando lo hacen a uno funcionario?: “Los minusválidos, una alegría muy grande porque gracias a ello consigues tu independencia, sueldo, no depender de la familia…”.
¿Por qué los funcionarios tienen mala fama?: “Porque se la han ganado unos pocos que trabajan mal. En la Administración es muy difícil mandar a la gente a la calle. Yo soy partidaria de que haya más sanciones para quien no cumpla con su trabajo”.
“A nosotros, cualquier ciudadano nos llama y estamos en cinco minutos”
José L.R. Durán, bombero
Edad: 48 años, 19 de funcionario.
Cargo y nivel admi-nistrativo: jefe de dotación del parque de bomberos de la Comunidad de Madrid. Nivel C.
Sueldo: “Entre un bombero que acaba de entrar y un administrativo (su sueldo base no llega a los 900 euros al mes) no hay más de 60 euros de diferencia”.
Horas que trabaja: 1.533 al año. “En turnos de 24 horas, descansamos cinco días y recuperamos las horas que nos faltan con guardias estructurales. Hacemos horas extras sólo en caso de emergencia”.
¿Bombero o funcionario vocacional? “Bombero. Llevaba 11 años fijo en una empresa textil y, durante siete años, me preparé la oposición porque ésta era mi vocación, no tenía por qué haberme complicado la vida. De vacaciones, me llevaba la cuerda al apartamento para no perder la costumbre de escalarla”.
Defiéndase de la mala fama de los funcionarios: “Es muy injusta. A nosotros cualquier ciudadano nos llama y estamos en cinco minutos, no decimos eso de ‘vuelva usted mañana’”.
Lo peor de su sector: “El trabajo es muy arriesgado para el sueldo que recibimos, nos jubilamos muy tarde y no nos reconocen enfermedades profesionales”.
Interacción con el ciudadano: “La gente ha cambiado mucho la imagen que tenía de nosotros. Antes, en los chistes de Gila, los bomberos entraban rompiéndolo todo. Ahora, tras achicar el agua de una inundación, no es la primera vez que nos ponemos a barrer con los vecinos, y ésa no es nuestra obligación…”.
“Yo pude hacer la especialidad en EEUU gracias a la Administración”
José Luis Rodríguez, médico
Edad: 60 años, 20 años de funcionario.
Cargo y nivel administrativo: jefe de servicio de medicina digestivo del Hospital de Fuenlabrada. Nivel A.
Sueldo medio: un adjunto (médico que se acaba de incorporar al hospital), unos 35.000 euros brutos al año, dependiendo de la Autonomía.
Horas que trabaja: 1.533 al año. De 8.00 a 16.00 horas. Horas extras son las guardias, pero en su caso sólo las hace una vez al mes, “lo que es especial, pues suelen ser muy frecuentes”.
Lo mejor de su sector: “Los medios técnicos son muy superiores del sector público a la sanidad privada. En mi caso, por ejemplo, tuve la oportunidad de hacer la especialidad en EEUU gracias al Estado. Estoy muy agradecido a la Administración”.
Lo peor: “Las rigideces en la gestión. Los servicios públicos han de ser más flexibles para adaptar la oferta a la demanda de los ciudadanos”.
¿Por qué los médicos se pasan a la privada? “Principalmente, por motivaciones económicas y de independencia personal”.
“No me gustaría que mi hijo fuera funcionario”
Carmen P. S., agente judicial
Edad: 47 años, 15 de interina y menos de uno fija.
Cargo y nivel administrativo: Auxiliar judicial de la Administración de Justicia. Nivel D.
Sueldo: “766 euros y un complemento de 219. Más el complemento de la Comunidad Autónoma (entre 100 y 230 euros)”.
Funciones: “Salgo a la calle a notificar actos de comunicación, hago diligencias en la calle, procedo en la ejecución de embargos, organizo que todo funcione bien en el juzgado…”.
¿Qué sintió cuando le hicieron funcionaria de carrera? “Muchísima tranquilidad y alegría. He tenido que sacar adelante a un hijo y antes de ser fija, en cada concurso, estaba sufriendo pensando que me iban a cesar”.
¿En qué está mal su sector? “Está mal pagado, sobre todo teniendo en cuenta que tienes que ir a hacer notificaciones a barrios peligrosos”.
¿Le gustaría que su hijo fuese funcionario? “No, yo en la empresa privada gané mucho dinero, y me gus-taría que mi hijo también lo hiciera”.
“Es más fácil pedir un crédito al banco cuando trabajas para el Estado”
Jesús Palacios, ordenanza
Edad: 42 años. Lleva 19 siendo personal fijo en la Comunidad de Madrid.
Cargo y nivel administrativo: auxiliar de control e información (ordenanza). Nivel D.
Sueldo: “800 euros mensuales netos sin trienios. El sueldo varía según la Administración, puede haber hasta un 30% de diferencia”.
¿Hacen horas extras?: “Nunca, en ninguna Administración. Se puede, por necesidades de servicio, desempeñar un trabajo fuera del horario que recoge el convenio. Se compensa con días libres”.
Funciones: “Hago fotocopias, llevo documentación de un lugar a otro e informo al ciudadano”.
¿Qué se siente cuando se firma un contrato como el suyo con la Administración? “Que tienes cierta estabilidad en tu vida laboral y personal. Es más fácil pedir un crédito a un banco cuando eres Personal de Administraciones Públicas”.
¿Su trabajo lo podría hacer una empresa privada? “Todo se puede privatizar, pero una privada nunca va a prestar el mismo servicio al ciudadano que un empleado público”.
“Lo peor es la falta de motivación y la casi inexistencia de promoción”
Manuel Redal, inspector de Hacienda
Edad: 49 años, 22 de ellos de funcionario.
Cargo y nivel administrativo: auditor nacional supervisor en la Oficina Nacional de Auditoría. Nivel A.
Sueldo: “Al entrar, unos 25.000-30.000 euros anuales”.
Horas que trabaja: “Entre ocho y 10 horas diarias, mañana y tarde”.
Funciones: “Realizo auditorías financieras de entidades públicas”.
Lo mejor y lo peor de su sector: “Lo mejor es poder ser útil a los intereses generales. Lo peor es no recibir reconocimiento por tu trabajo, la falta de motivación y la casi inexistencia de promoción profesional”.
“Trabajamos más de 40 horas a la semana”
Pilar Fuertes Ferragut, diplomática
Edad: más de 35. Funcionaria desde hace 13.
Cargo y nivel de la Administración: subdirectora general del Pacífico, Sureste Asiático y Filipinas. Nivel A.
Funciones: “Me encargo de las relaciones políticas bilaterales y también llevo los foros multilaterales asiáticos”.
Sueldo: a partir de 35.000 e al año.
Horas que trabaja: “La norma es 40 horas a la semana, pero se trabaja más y se viaja bastante, incluso los fines de semana”.
Lo peor de trabajar para el Estado: La limitación de promoción.
¿Por qué un diplomático pide excedencias para irse al privado? “Por motivos familiares. A determinadas edades es difícil trasladar a los hijos al extranjero. También, para asumir retos distintos”.
Qué está mal del sector: “El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaciones es de los peor dotados de la Administración”.
“Quien nos critica es porque no sabe lo que cobramos…”
Pablo García, cocinero
Edad: 39 años; 23 de personal fijo.
Cargo y nivel administrativo: Oficial de servicios generales, cocinero. Nivel D.
Sueldo: “Mi nómina, con todos los trienios que tengo, es de 850 euros. Tengo otro trabajo el fin de semana para poder vivir”.
Horas que trabaja: siete al día. “Nunca he hecho horas extras ni me he tenido que quedar más tiempo”.
Defiéndase de la mala fama los funcionarios: “Se debe a que siempre hacemos las horas estrictas. Pero seguramente quien nos critica es porque no sabe lo que cobramos…”.
¿Ha visto despedir a alguien?
“En 23 años, nunca. Sí que he visto trasladar a gente que había hecho cosas gordas”.
Lo peor y lo mejor de ser “cocinero oficial”: “Lo peor, el sueldo. Pero en lo demás estamos bien por todos sitios. Nuestro oficio es cómodo”.
En la Administración, ¿sigue habiendo enchufes? “Ya no.
Cuando entré había muchos; ahora es difícil”.
“Si una compa-ñera falta, te tienes que hacer cargo de 30 enfermos”
Carmen Carnero, enfermera
Edad: 45, lleva 15 años en la Administración.
Cargo y nivel administrativo: enfermera del hospital 12 de Octubre (Madrid). Grupo B.
Sueldo: “Sin noches y festivos, unos 900 euros al mes. Cuantas más noches y festivos hagamos, más ganamos, así que, cada mes cobramos diferente”.
Horas que trabaja: “1.533 al año; 35 semanales. En la privada he hecho hasta 40. En la pública libras ocho días al mes y en la privada, cinco”.
¿Ser funcionaria cambió su vida? “Cuando conseguí la plaza era cabeza de familia, tenía un hijo a mi cargo, una hipoteca… me dio tranquilidad, un trabajo fijo para siempre”.
Ventajas de trabajar en el sector público: “Tienes menos entradas y salidas de pacientes (éstos permanecen más tiempo hospitalizados), libras más, tienes más dotación técnica y se gana más dinero”.
Lo peor de su sector: “Estamos sometidos a turnos y no podemos conciliar la vida familiar y laboral. No se cubren las bajas. Nosotras, de media, atendemos a 15 pacientes. Si una compañera falta, te tienes que hacer cargo de 30; y si no viene, hay que doblar el turno”.
“Antes amante de la naturaleza que funcionario”
Pablo Almodóvar, agente medioambiental
Edad: 40 años, 10 en la Administración (ocho de interino y dos de fijo).
Cargo y nivel administrativo: Personal laboral de la Administración Central en Ciudad Real, “soy auxiliar de servicios generales del organismo autónomo de Parques Nacionales”.
Sueldo: 800 euros netos, de media.
Horas que trabaja: “Siete, en horario ininterrumpido todos los días, pero antes era autónomo y trabajaba mucho más”.
Funciones: “Vigilo las fincas y parques estatales, controlo el furtivismo, que haya seguridad y orden”.
¿Funcionario vocacional o agente medioambiental? “Amante de la naturaleza, aunque tengo que reconocer que, cuando me hicieron fijo, en mi familia fue una fiesta”.
Lo peor del sector: “El sueldo y lo peligroso que es. Un día tuve que sacar mi arma reglamentaria porque querían atacarme”.
¿Por qué tienen mala fama los funcionarios? “Nosotros, porque le cortamos el rollo a muchos furtivos. Hace un tiempo, pillamos a unos de ellos furtiveando y salieron a correr insultándonos. Cuando llegaron a su vehículo, resulta que éste no les arrancaba, y no sólo tuvimos que aguantar sus comentarios, sino también ayudarles a arrancar el coche”.
Sacado de el mundo.es ( [url=http://www.elmundo.es/magazine/2005/312/1126896331.html]http://www.elmundo.es/magazine/2005/312/1126896331.html[/url] )
5 septiembre, 2006 a las 10:24 pm #345829josem
Participante[b]Más de la mitad de los 2,5 millones de funcionarios que hay en España trabajan para las Autonomías[/b]
(Libertad Digital) El número de trabajadores empleados por las distintas administraciones públicas no ha dejado de crecer en el último año. La Gaceta de los Negocios ha tenido acceso al Boletín Estadístico del Personal de Servicio de las Administraciones Públicas, de publicación semestral, cuyos datos muestran que el número de funcionarios ha crecido en 2005 en 47.000 personas. Este aumento es absorbido en su mayor parte por las autonomías, que de enero de 2005 a enero de 2006 aumentaron sus plantillas en 32.500 funcionarios. Las administraciones locales contrataron a casi 9.000 personas más y la Administración Pública Estatal más de 8.000, mientras que la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos redujo su plantilla en 1.500 empleados.
Este mayor crecimiento de la contratación autonómica ha cambiado el porcentaje que las distintas administraciones concentran el empleo público. Las Autonomías emplean a más de la mitad de los funcionarios españoles; en concreto al 50,1 por ciento, o 1.233.129 funcionarios, por los 1.190.607 recogidos en el informe de un año antes. Le siguen las administraciones locales, con 572.319, o el 23,5 por ciento del total. En tercer lugar se encuentra la Administración central, que contrata a 546.716 funcionarios, el 22,5 por ciento de todos ellos. Por último, las Universidades contratan a 94.008 personas, y Correos y Telégrafos a 54.840. El total alcanza los 2.491.012 funcionarios en España. Uno de cada seis, trabaja en Andalucía.
Este aumento de las plantillas autonómicas no se justifica por el traspaso de conferencias, ya que desde el año 2.000 no se han transferido competencias que conlleven un número importante de funcionarios. La causa es el refuerzo de las competencias autonómicas. Algo parecido ocurre con los ayuntamientos, que aumentan sus plantillas por la asunción de nuevas responsabilidades. Desde 1998, el número de funcionarios autonómicos se ha duplicado, mientras que el que trabaja para la Administración central se ha reducido en casi dos partes de cada tres, en 370.000. Los contratados por los ayuntamientos apenas han variado desde entonces.
6 septiembre, 2006 a las 12:52 pm #345830epa2
Participantemuy bueno la cita josem, gracias, 🙂
me la he leida entera, entera,, estoy de acuerdo con muchas cosas que se dicen…..
pero bueno, eso lo vereis pronto, prontito en vuestras carnes, je je,, por experiencia propia
venga, un saludete
nos vemos
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